miércoles, 18 de junio de 2014

Bienvenid@...

... a una mierda pinchada en un palo. Imagínatelo por un instante: vas a un restaurante y pides lo mejor de lo mejor que sirvan el el mejor de los mejores restaurantes. La impaciente espera se alarga cual chicle irrompible. Y llega. Y llegó. Un plato blanco con las míticas florecillas azules decorando el borde. ¿Te lo imaginas? Orégano, azafrán o cualquier otra mierdiespecia de éstas que se le suele echar a la comida, ya sabes. Y en medio, como toque de gracia y recubierto con una fina línea de la salsa más exquisita, una mierda pinchada en un palo.
No me digas que no es una imagen preciosa, hermosa, injustificablemente asquerosa. ¿Y sabes cuánto te cobran por eso? ¿Por esa mierda?
Piensa.

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